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Fadua Gajardo | Volatilidad, navegando hacia el 2024

A pocos días de cerrar el 2023 y comenzar el 2024, es imperativo reflexionar sobre las lecciones que el mundo del gobierno corporativo nos ha dejado a lo largo de un año particularmente noticioso y marcado por distintos episodios que resaltan la importancia de la transparencia, la ética y la responsabilidad por parte de los directorios.

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El año que dejamos atrás ha sido testigo de la volatilidad y la rapidez con la que las circunstancias pueden cambiar. Los acontecimientos políticos y las nuevas regulaciones han dominado la agenda, impactando el paisaje empresarial y dejando a los gobiernos corporativos en un constante estado de alerta. Ante este escenario, la adaptabilidad se ha convertido en la clave para no solo sobrevivir, sino también para prosperar en un entorno empresarial en constante transformación.

En esa línea, la pregunta es cómo hoy en día nuestros directorios están haciendo de las suyas las exigencias que el mercado demanda. Para responder, es importante que estos evalúen periódicamente su funcionamiento, composición y desempeño. Las empresas que logran anticipar y comprender las implicaciones de las nuevas reglas del juego pueden posicionarse estratégicamente para minimizar riesgos y capitalizar oportunidades.

Frente a estos desafíos, los gobiernos corporativos deben adoptar un enfoque proactivo, lo que implica establecer sistemas de monitoreo constante; diseñar estructuras operativas flexibles que puedan ajustarse rápidamente a nuevas regulaciones; mantener una comunicación clara y transparente con todos los stakeholders; e incorporar tecnologías avanzadas, como análisis de datos y sistemas de inteligencia artificial, para anticipar tendencias y mitigar riesgos de manera más efectiva.

Al mirar hacia el futuro, queda claro que aquellos que logren establecer una cultura organizativa ágil y propositiva estarán mejor posicionados para no solo sobrevivir a las tormentas, sino para navegarlas con éxito y emerger más fuertes en el otro lado. La capacidad de aprendizaje continuo y la disposición para evolucionar se perfilan como las piedras angulares de la supervivencia empresarial en esta nueva era de volatilidad.

Fadua Gajardo Pineda.

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